Dentro de las instalaciones de un antiguo convento de la época colonial, se encuentra este proyecto, formado por una piscina, un spa y jacuzzis. El diseño de la piscina exterior debía responder a formas orgánicas, para conservar al máximo la vegetación que ya existía en el lugar y, a la vez, ofrecer diferentes ambientes, que resultaran en espacios agradables, lo cual se logró al colocar bancas en lugares estratégicos.
El interior del spa, donde se encuentran los jacuzzis, es un ambiente caliente, no solo por la temperatura del agua, sino por el calor refractario logrado por el material que se usó para recubrir las paredes y techo. Entre la piscina y el área de spa, conocido como el temascal, hay un espejo de agua que tiene tres esculturas que representan a La Niña, La Pinta y La Santamaría, las carabelas usadas por Cristóbal Colón cuando descubrió América.
Tanto el color del mosaico utilizado como el deck de madera, fueron escogidos para armonizar con la arquitectura tradicional del lugar.